La mayoría de los países del mundo permiten la prostitución de una o de otra manera. Sólo EEUU, el mayor productor de pornografía a nivel mundial, la permite tan sólo en el estado de Nevada.
Claro que la explotación y la trata de blancas está penada en casi todos los países, pero no se deben confundir ambos extremos de la misma cuerda. Toda persona es dueña de su cuerpo y puede hacer con él lo que le plazca siempre que no se vea sometida por alguna coacción.
Las relaciones consentidas entre adultos por amor, deseo o dinero , nunca pueden ser encuadradas en un delito.
Sin embargo doy fe que resulta molesto llegar a tu trabajo en la mañana y al estacionar el auto ver que en el de al lado están teniendo sexo. Es que en Europa las prostitutas trabajan en la calle y llevan a sus clientes a algún estacionamiento o mantienen un auto propio estacionado como sitio dónde llevarlos.
Sufriendo este problema en Suiza decidieron tomar el toro por las astas y elaborar un sistema que proteja tanto a la trabajadoras del sexo como a sus clientes. Dado que en Europa es usual que las mismas se desempeñen en los grandes estacionamientos y tomen contacto con el cliente en las llamadas zonas rojas, las autoridades de Zurich utilizaron un área poco poblada, señalizaron correctamente la entrada a la misma y construyeron refugios para que las prostitutas esperen a resguardo y una vez que han pactado con el cliente puedan avanzar a una zona de pequeñas cajas al estilo garage donde desempeñar sus tareas. Finalizadas las mismas las señoritas son llevadas hasta la salida, que queda muy cerca de donde se encontraban los refugios donde antes esperaban.
De esta manera el encuentro entre las chicas malas y sus potenciales clientes es más discreto, además de evitarle a los vecinos de las zonas rojas, la molesta vista de las mismas desempeñando el oficio más antiguo del Mundo.
La idea surgió en 2010, y por entonces el vocero de la policía, Reto Casanova, la había justificado diciendo que si bien las autoridades no podían erradicar la prostitución, al menos tenían que aprender a controlarla.
Es que los vecinos clamaban “estamos hartos de verlas” y las soluciones posibles eran bien pocas.
Michael Herzig, del Departamento de Bienestar Social de Zurich, aseguró que estas estructuras también benefician a las sexoservidoras, protegiéndolas de posibles ataques e incluso mejorando su negocio. “Con las mujeres en las cajas de sexo [sic] no habrá tiempo de traslado, así que pueden tratar con más clientes por turno”, dijo.
Claro que la explotación y la trata de blancas está penada en casi todos los países, pero no se deben confundir ambos extremos de la misma cuerda. Toda persona es dueña de su cuerpo y puede hacer con él lo que le plazca siempre que no se vea sometida por alguna coacción.
Las relaciones consentidas entre adultos por amor, deseo o dinero , nunca pueden ser encuadradas en un delito.
Sin embargo doy fe que resulta molesto llegar a tu trabajo en la mañana y al estacionar el auto ver que en el de al lado están teniendo sexo. Es que en Europa las prostitutas trabajan en la calle y llevan a sus clientes a algún estacionamiento o mantienen un auto propio estacionado como sitio dónde llevarlos.
Sufriendo este problema en Suiza decidieron tomar el toro por las astas y elaborar un sistema que proteja tanto a la trabajadoras del sexo como a sus clientes. Dado que en Europa es usual que las mismas se desempeñen en los grandes estacionamientos y tomen contacto con el cliente en las llamadas zonas rojas, las autoridades de Zurich utilizaron un área poco poblada, señalizaron correctamente la entrada a la misma y construyeron refugios para que las prostitutas esperen a resguardo y una vez que han pactado con el cliente puedan avanzar a una zona de pequeñas cajas al estilo garage donde desempeñar sus tareas. Finalizadas las mismas las señoritas son llevadas hasta la salida, que queda muy cerca de donde se encontraban los refugios donde antes esperaban.
De esta manera el encuentro entre las chicas malas y sus potenciales clientes es más discreto, además de evitarle a los vecinos de las zonas rojas, la molesta vista de las mismas desempeñando el oficio más antiguo del Mundo.
La idea surgió en 2010, y por entonces el vocero de la policía, Reto Casanova, la había justificado diciendo que si bien las autoridades no podían erradicar la prostitución, al menos tenían que aprender a controlarla.
Es que los vecinos clamaban “estamos hartos de verlas” y las soluciones posibles eran bien pocas.
Michael Herzig, del Departamento de Bienestar Social de Zurich, aseguró que estas estructuras también benefician a las sexoservidoras, protegiéndolas de posibles ataques e incluso mejorando su negocio. “Con las mujeres en las cajas de sexo [sic] no habrá tiempo de traslado, así que pueden tratar con más clientes por turno”, dijo.
El sistema tiene ciertos requisitos, pues para usarlo, en el caso de las prostitutas, estas tienen que estar inscritas en un seguro médico y pagar una cuota de ingreso (5 francos suizos por cada noche, depositados en una máquina con reloj integrado y totalmente digital). Se autoriza tan sólo un cliente por auto, debe ser mayor de 18 años, no se permite grabar, filmar o sacar fotos y está totalmente prohibido ensuciar las instalaciones.
Hasta ahora les va funcionando bien, pero qué quiere que le diga, hay que ser muy amarrete para no pagar un albergue transitorio o una habitación de hotel. Sobre todo cuando en Zurich nieva y hay 20 grados bajo cero.
Taluego.
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