No poseemos ni garras ni colmillos como armas mortales, así que para desempeñarnos en la soledad de la naturaleza alguien con muy buen tino, creó a nuestro mejor amigo: el cuchillo.
Aunque usted tenga la más poderosa escopeta, las mejores trampas o el mejor sedal, si no tiene con que abrir y trozar su presa, es probable que muera de hambre en medio de la nada.
Testigo de esto ha sido el gaucho que mayor cantidad de tiempo permanecía bajo estas condiciones , a la intemperie y alejado de cualquier tipo de civilización: el arreador de hacienda, también llamado Resero, equivalente , si usted quiere, al Cowboy norteamericano. A ambos podría usted verlos portando un trabuco, revolver, rifle o escopeta, pero habrían sido devorados, con seguridad, por la naturaleza de no contar en todo momento con un muy bien afilado cuchillo de campo.
Si se quiere cortar madera, nada mejor que su filo y una piedra golpeando sobre su lado romo, convirtiéndolo en una excelente hacha. Para cuerear (sacar el cuero a un animal) nada mejor que un filo curvo. Para hacer un pozo donde guarecer la llama de la fogata, batirse a duelo, ahuyentar a los cobardes, nada mejor que su amado cuchillo.
En Argentina existe una variedad de ellos denominado Facón, voz derivada de la portuguesa y española "Faca" (cuchillo). Facón es su aumentativo , queriendo significar “Cuchillo Grande” o “Cuchillazo”.
Sin embargo bajo esta denominación se incluyen erróneamente varios tipos de cuchillos usados por los Gauchos según su gusto o utilidad.
Este adminiculo es originario de las Pampas Argentinas y además de ser una herramienta de trabajo para las labores cotidianas del gaucho, también se utiliza como arma de defensa y ataque personal al estilo de la esgrima. En un duelo o pelea a Facón, se requieren , por supuesto un facón de similares dimensiones al del oponente y un poncho que enrollado sobre el brazo opuesto al del arma, sirva las veces de escudo protector y de ataque.
A diferencia de las reproducciones realizadas para el turismo o los coleccionistas, el verdadero Facón es un elemento totalmente artesanal que recicla elemento existentes y permite que cualquier gaucho pueda poseer uno. Desde el más económico con mango de madera hasta el realizado con plata y oro, para el verdadero gaucho era más importante la adaptación a los usos prácticos del mismo que el poder adquisitivo que con él se pudiera demostrar, aún cuando en las fiestas gauchas se disfrute del engalanado de las monturas y de la propia vestimenta..
Los antiguos artesanos realizaban productos para su uso o consumo personal y a veces el de su comunidad, pero no estaban interesados en el mercadeo, ya que muchos de ellos también eran pastores. Por el contrario, sí era cosa habitual que los intercambiaran con otros paisanos a cambio de materias primas, o por artículos de primera necesidad. Por lo tanto, su producción no estaba hecha a una escala de mercado.
La fuente utilizada para obtener el material de las hojas, pasa desde una bayoneta descartada o una vieja espada, hasta discos de arado, tijeras para esquilar ovejas, limas viejas, láminas de elástico de automóviles, maquinaria agraria o cualquier fuente de acero disponible.
Veamos una posible clasificación de los Cuchillos Criollos o Gauchos y dónde se ubica el Facón entre ellos.
Aunque usted tenga la más poderosa escopeta, las mejores trampas o el mejor sedal, si no tiene con que abrir y trozar su presa, es probable que muera de hambre en medio de la nada.
Testigo de esto ha sido el gaucho que mayor cantidad de tiempo permanecía bajo estas condiciones , a la intemperie y alejado de cualquier tipo de civilización: el arreador de hacienda, también llamado Resero, equivalente , si usted quiere, al Cowboy norteamericano. A ambos podría usted verlos portando un trabuco, revolver, rifle o escopeta, pero habrían sido devorados, con seguridad, por la naturaleza de no contar en todo momento con un muy bien afilado cuchillo de campo.
Si se quiere cortar madera, nada mejor que su filo y una piedra golpeando sobre su lado romo, convirtiéndolo en una excelente hacha. Para cuerear (sacar el cuero a un animal) nada mejor que un filo curvo. Para hacer un pozo donde guarecer la llama de la fogata, batirse a duelo, ahuyentar a los cobardes, nada mejor que su amado cuchillo.
En Argentina existe una variedad de ellos denominado Facón, voz derivada de la portuguesa y española "Faca" (cuchillo). Facón es su aumentativo , queriendo significar “Cuchillo Grande” o “Cuchillazo”.
Sin embargo bajo esta denominación se incluyen erróneamente varios tipos de cuchillos usados por los Gauchos según su gusto o utilidad.
Este adminiculo es originario de las Pampas Argentinas y además de ser una herramienta de trabajo para las labores cotidianas del gaucho, también se utiliza como arma de defensa y ataque personal al estilo de la esgrima. En un duelo o pelea a Facón, se requieren , por supuesto un facón de similares dimensiones al del oponente y un poncho que enrollado sobre el brazo opuesto al del arma, sirva las veces de escudo protector y de ataque.
A diferencia de las reproducciones realizadas para el turismo o los coleccionistas, el verdadero Facón es un elemento totalmente artesanal que recicla elemento existentes y permite que cualquier gaucho pueda poseer uno. Desde el más económico con mango de madera hasta el realizado con plata y oro, para el verdadero gaucho era más importante la adaptación a los usos prácticos del mismo que el poder adquisitivo que con él se pudiera demostrar, aún cuando en las fiestas gauchas se disfrute del engalanado de las monturas y de la propia vestimenta..
Los antiguos artesanos realizaban productos para su uso o consumo personal y a veces el de su comunidad, pero no estaban interesados en el mercadeo, ya que muchos de ellos también eran pastores. Por el contrario, sí era cosa habitual que los intercambiaran con otros paisanos a cambio de materias primas, o por artículos de primera necesidad. Por lo tanto, su producción no estaba hecha a una escala de mercado.
La fuente utilizada para obtener el material de las hojas, pasa desde una bayoneta descartada o una vieja espada, hasta discos de arado, tijeras para esquilar ovejas, limas viejas, láminas de elástico de automóviles, maquinaria agraria o cualquier fuente de acero disponible.
Veamos una posible clasificación de los Cuchillos Criollos o Gauchos y dónde se ubica el Facón entre ellos.
Clasificación de Cuchillos Criollos.
El Verijero
Llamado así por llevarse en la cintura, del lado derecho, la hoja apuntando hacia la ingle (“verija”), el filo hacia abajo y el cabo hacia afuera asomando oblicuo junto a la rastra.
Es un cuchillo de hoja corta (no más de 15 cm.), que generalmente es destinado a trabajos que requieren una hoja manuable y muy filosa, por ejemplo, para el cuereado, capado, picado de tabaco, etc.
Generalmente por ser un “lujo” del paisano, su mango, y a veces su vaina, estaban ricamente labrados en plata.
El Capador
Como su nombre lo indica, este tipo de cuchillo se reservaba para trabajos de corte delicado como castrar animales.
Es de escaso tamaño , hoja curva y pequeña (alrededor de 10 cm.) reservado para su tarea específica.
El Picazo
Llamado así por su similitud con los colores del pelaje del caballo “Picazo” (Overo Negro) combina una vaina de cuero negro , con metal, obteniendo un hermoso efecto.
Sus dimensiones son similares al Cuchillo Verijero ya que es una variedad del mismo (15 cm. de hoja)
Las piezas más antiguas muestran cabos realizados en ébano, cuyo color negro intenso contrasta con los “soajes” (virolas de plata) que junto con la vaina negra y plateada logran un atractivo diseño.
El Facón
Técnicamente se trata de un arma blanca que se diferencia del puñal y de la daga porque la hoja presenta un solo filo y en raras ocasiones un pequeño contrafilo.
Lo que lo define como tal es la existencia del guardamano o gavilán (en las armas blancas se conoce como guarnición - en la espada se llama cazoleta -) mas o menos pequeño pero siempre existente, en forma de un simple travesaño en “cruz”, “ese” o ,”u” y la intrusión del cabo al medio del mango (eje simétrico). Es usual ver representaciones gráficas del Facón donde en realidad se está mostrando un cuchillo que no cumple con estos requerimientos constitucionales.
El gavilán es una chapa ovalada y transversal a la hoja, que no sirve para quitarle por “enganche” el arma al adversario, pero sí sirve para detener los golpes.
Las hojas son de una longitud de entre 30 y 40 cm de largo por 20 a 25 mm.de ancho, siendo , por lo tanto “delgadas” en relación a la longitud.
Para su elaboración se han utilizado en el pasado hojas de bayoneta y espadas, intentando no modificarlas en demasía, mientras toda la artesanía se realizaba en la empuñadura y funda. La primera puede ser realizada en madera, “guampa” (asta de ciervo) o asta vacuna, plata o plata con oro, mientras que la segunda se hace de cuero o metal, o combinación de ambos, con boquilla o agarradera y puntera con batiente, para proteger a quién lo porta de cualquier accidente.
El Caronero
Es una variante de la daga y el facón, con una hoja de unos 80 cm. de largo utilizado como arma para montera (caza en el monte) o para matar reces. Su tamaño indica que las hojas provenían de sables y espadas.
Se denomina Caronero por que se llevaba en el recado, entre las coronas. Pero también se puede llevar entre el sobrepuesto y el cojinillo.
El mango se colocaba hacia adelante y su filo hacia la izquierda o “lado de montar”.
Los caroneros generalmente no poseían guardamano o gavilán, para facilitar su salida del recado.
El Puñal.
Arma blanca con hoja de acero y punta, que lleva guarda puño entre el cabo y la hoja.
Tiene filo y contra filo, pero este último llega hasta la cuarta parte de la hoja (de unos 25cm como máximo) y es su característica distintiva.
Es una variedad cuyo uso aún subsiste y es el más ofrecido al público turista.
La Daga.
Es parecido al puñal pero posee filo y contra filo (filo en ambos bordes) y se construía en base a bayonetas viejas y restos de espadas.
Usualmente presentaban canaletas longitudinales sobre las dos caras de la hoja (de entre 20 y 60cm.),que los paisanos justificaban como necesarias para las sangrías (forma de sacrificar un animal seccionando su vena yugular).
Empuñaduras
Algunos tipos de empuñaduras no metálicas clásicas son las siguientes:
Maderas combinadas
He aquí un bonito muestrario con una gran variedad que agrega asta y metal
El Facón y su portación.
Veamos cómo se debe llevar el Facón en la rastra y/o faja y algunos de sus modelos clásicos.
Empuñadura de plata y funda de cuero con puntera decorativa en plata.
Empuñadura de asta y funda de cuero cosida en tiento.
Empuñadura y funda en plata.
Plata en funda y empuñadura.
Plata y oro labrados con incrustación de cuero suela negro.
Empuñadura de plata y funda de cuero cosido en tiento.
Empuñadura de plata y oro y funda de cuero suela negro.
Funda de plata con incrustación de coral.
Empuñadura de madera con detalles de metal y funda de cuero.
Empuñadura y funda de plata
Empuñadura de plata y oro labrado
De plata labrada e incrustación de cuero en la agarradera.
Se dice que:
“El Facón sirve tanto para abrir un animal, como para cerrar una discusión”
De allí algunos latiguillos de uso popular tales como:
Pelar el Facón: sacarlo de la vaina.
Sumir el Facón: hundirlo en el cuerpo.
Como al Facón también se lo denomina en el lenguaje popular “Chaucha”, se dice
“Pelar la chaucha”: desenvainar el Facón.
José Hernández en su Manual del Estanciero indica:
"A los peones no se les debe permitir facón, porque no sirve para el trabajo.
Deben usar cuchillo y siempre bien afilado".
Deben usar cuchillo y siempre bien afilado".
Duelos criollos: el uso del cuchillo en la pelea.
Junto con su caballo, el cuchillo (y particularmente el facón o la daga) fue elemento distintivo del gaucho, a punto tal que no se concibe su imagen sin ellos. El gaucho fue famoso por su destreza en el manejo del cuchillo, y su empleo en los tristemente célebres duelos, motivados por cualquier motivo: una contradicción, unas palabras inadecuadas, un asunto de polleras, o los ánimos exacerbados por la bebida, podían iniciarlo.
También el querer probar que un individuo era mejor cuchillero que otro, podía hacer que dos hombres se midieran en un duelo.
La intención no era matar al contrario, sino marcarlo para siempre con una cicatriz que señalara su derrota. A veces, el fragor de la lucha, o el encono, o el exceso de bebida, hacia que uno de los contrincantes encontrara la muerte. Se decía que había ocurrido una "desgracia" y el matador era visto con conmiseración, y hasta ayudado a huir de la escena del duelo y de la persecución policial. Solamente la repetición de las muertes convertía al gaucho en un "matrero" mal visto por la sociedad.
Otras prácticas eran el "despenar" o también llamado "hacer la obra santa", un anticipo de la eutanasia, dirigido a quitar el sufrimiento de un amigo o familiar muy enfermo o gravemente herido. Todos estos actos de barbarie, deben ser vistos a los ojos de la moral y circunstancia histórico, social y cultural del personaje.
Como dijera alguna vez un viajero extranjero sorprendido por el uso del cuchillo por parte de los criollos: "el gaucho se vale de su cuchillo tanto para abrir una res como para terminar una discusión"
Sin embargo, y pese a la impresión de que el gaucho pasaba su vida combatiendo y peleando, en realidad el mismo utilizo su cuchillo para mil y una tareas en su vida diaria.
Desde picar tabaco, cortar leña para el fuego, preparar estacas, cortar fachinal para techar su rancho, ayudarse en la preparación de ladrillos, cortar delicados tientos para sus trenzados, matar ganado, despostarlo, cuerearlo, etc. etc.. Su cuchillo era una extensión de su mano. Tal como lo dice Sarmiento en su Facundo:
"El gaucho anda armado del cuchillo que ha heredado de los españoles… El cuchillo, a más de un arma, es un instrumento que le sirve para todas sus ocupaciones: no puede vivir sin él; es como la trompa del elefante, su brazo, su mano, su dedo, su todo…."
Marcas de hojas en Facones suntuarios.
Para aquellos orgullosos y con voluntad de aparentar, uno de los aspectos más interesantes de nuestros cuchillos criollos, es el de las marcas de sus hojas. Los criollos eran orgullosos de las marcas de sus cuchillos, y los importadores o compañías introductoras, hacían colocar a los fabricantes marcas ostentosas (marca mayor, al decir de los escritos de época que los describen). Estas marcas eran nombres de fantasía, generalmente en idioma castellano, estampados en origen por los fabricantes a pedido de los importadores locales. Generalmente iban acompañados de alguna figura representativa, y con un motivo netamente localista, como la figura de un ñandú a la carrera, marca "Pampa" de la firma Lockwood, inglesa) un sol, un estribo, un cazador, la cara de la Libertad, o el mas famoso de todos, el "arbolito" de la casa alemana Boker. Lamentablemente en muy pocos casos sabemos a ciencia cierta quien fue el fabricante en Europa de las hojas, pues la marca es un nombre de fantasía, y solo sabemos a veces el nombre de su importador. Así por ejemplo, Defensa en una marca del importador León Medici, y fue fabricada en Solingen por la legendaria Kirschbaum. Libertad era importada por Anezin hnos. posiblemente de Alemania.
Algunas marcas famosas: Broqua y Scholberg, Arbolito, Dufour, Libertad, Argentina, Defensa, Joseph Rodgers, etc.
Las hojas solían estar decoradas en el lomo con muescas, a las que se le atribuyen diferentes explicaciones o usos, pero que en mi opinión eran meros elementos decorativos aunque algunos le atribuyen el uso como cuenta ganado, corta alambres, etc..
A partir de mediados del Siglo XIX, comienza a tomar impulso verdadero la actividad de los artesanos plateros, y numerosos cuchillos criollos son armados al gusto local, utilizando hojas importadas, pero encabadas y con sus vainas lujosamente decoradas por estos artesanos. Conviene recordar que el gaucho, si bien siempre gusto decorar los aperos de su caballo y sus pilchas con plata, no fue el verdadero destinatario de estas prendas tan lujosas como costosas, y estos cuchillos cuyas vainas son enteramente de plata con aplicaciones de oro, seguramente fueron propiedad de hacendados, militares de alto rango o políticos encumbrados.
Para aquellos orgullosos y con voluntad de aparentar, uno de los aspectos más interesantes de nuestros cuchillos criollos, es el de las marcas de sus hojas. Los criollos eran orgullosos de las marcas de sus cuchillos, y los importadores o compañías introductoras, hacían colocar a los fabricantes marcas ostentosas (marca mayor, al decir de los escritos de época que los describen). Estas marcas eran nombres de fantasía, generalmente en idioma castellano, estampados en origen por los fabricantes a pedido de los importadores locales. Generalmente iban acompañados de alguna figura representativa, y con un motivo netamente localista, como la figura de un ñandú a la carrera, marca "Pampa" de la firma Lockwood, inglesa) un sol, un estribo, un cazador, la cara de la Libertad, o el mas famoso de todos, el "arbolito" de la casa alemana Boker. Lamentablemente en muy pocos casos sabemos a ciencia cierta quien fue el fabricante en Europa de las hojas, pues la marca es un nombre de fantasía, y solo sabemos a veces el nombre de su importador. Así por ejemplo, Defensa en una marca del importador León Medici, y fue fabricada en Solingen por la legendaria Kirschbaum. Libertad era importada por Anezin hnos. posiblemente de Alemania.
Algunas marcas famosas: Broqua y Scholberg, Arbolito, Dufour, Libertad, Argentina, Defensa, Joseph Rodgers, etc.
Las hojas solían estar decoradas en el lomo con muescas, a las que se le atribuyen diferentes explicaciones o usos, pero que en mi opinión eran meros elementos decorativos aunque algunos le atribuyen el uso como cuenta ganado, corta alambres, etc..
A partir de mediados del Siglo XIX, comienza a tomar impulso verdadero la actividad de los artesanos plateros, y numerosos cuchillos criollos son armados al gusto local, utilizando hojas importadas, pero encabadas y con sus vainas lujosamente decoradas por estos artesanos. Conviene recordar que el gaucho, si bien siempre gusto decorar los aperos de su caballo y sus pilchas con plata, no fue el verdadero destinatario de estas prendas tan lujosas como costosas, y estos cuchillos cuyas vainas son enteramente de plata con aplicaciones de oro, seguramente fueron propiedad de hacendados, militares de alto rango o políticos encumbrados.
Elaboración
Para hablar del verdadero Facón o cualquier otro Cuchillo Criollo, debemos centrarnos en la elaboración artesanal de los mismos, dejando de lado los de fabricación industrial o suntuosa.
He encontrado varios videos donde poder aprender más sobre este particular elemento.
El primer video corresponde al maestro artesano Don Américo Rabbia, quién con su calidez y bonhomía nos da una clase sobre la clasificación y creación de cuchillos artesanales.
Los otros dos corresponden a sendos maestros artesanos. Por un lado Roque Monti y por el otro Pedro Salzmann.
En todos los casos debemos agradecer la existencia de este tipo de artistas que mantienen viva una tradición devaluada por el modernismo y la industrialización.
Les dejo aquí algunos enlaces. El primero a una fábrica nacional, mientras el segundo corresponde a un Blog especializado en Cuchillos Criollos.
Espero que lo disfruten tanto como yo.
Taluego.
Fuentes: Cuchillos de Tandil, Agencia el Vigía, Campo en Acción, Duelos criollos y Marcas de hojas en Facones suntuarios, textual de Sofbega, Argentinaxplora.
muy interesante opin, y bien escrito, ameno. Asi que practicaban la eutanasia tambien.
ResponderEliminarUn pampeano de casi ochenta años me conto que se usaba un cuchillo muy chiquito para coser las bolsas en la cosecha, en forma curva, y que a uno lo mataron con uno de esos, alla por los 30`s o 40`s, habia sido una venganza y espero a estar solo con el otro tipo y despues se escapo, pero como era un nenito no le contaron por qué.
Publicas a contramano, a horas y dias como los fines de semana que hay poca actividad en los blogs. Yo haqo lo mismo.
Don Leandro: Muy buena anécdota y seguro que te da una idea para un post con más detalle. Mis suegros son del campo y me cuentan tantas cosas que daría para un libro si supiera escribir bien.
ResponderEliminarPor lo de publicar los finde, te cuento que este post es de otro blog que no tiene mucho movimiento local como éste y por lo tanto no importa cuando publique por que el tráfico es mayormente por buscador. Es decir , no son los amigos que se pegan una vuelta para leerte.
Pero en realidad lo que me pasa es que si escribí algo, no lo puedo tener guardado y lo publico ahí nomás.
Un abrazo y avisame si aparecen las Cremokoas...
Con respecto a las ideas trato de sacar de la vida, de lo que veo, de lo que me cuentan. Y a veces me pongo a pensar en escribir cuentos, pero he visto que no gustan demasiado. En general a todos los que escriben cuentos les pasa
ResponderEliminarlo mismo, ya sea a mi, que tengo 10 visitas por dia o a podeti que tiene 1000.
Saludos y volvio a salir naranjin te aviso.
Don Leandro, no le dé pelota a nadie y escriba como quiera y lo que quiera, que los blogs son territorio gobernado por su único y despótico dueño, uno mismo.
ResponderEliminarUn abrazo
El Gaucho que lleva Facòn con incrustaciones de nàcar, es por lo menos, de moral dudosa.
ResponderEliminaryo tengo un facòn hecho de "Romanì", que es el ùnico acero inoxidable que toma temple.
Para todo lo demàs, tengo un "Bowie".
Y para los duelos, un lanzallamas.
Soy un Gaucho pràctico, vea.
Don Gaucho. De entre todos mis cuchillos el preferido es un Ainon de acero Solingen con hoja de 12 cm. y 3 de ancho, al que llamo "El despenasuegras". Empuñadura en dos maderas y bronce con funda de cuero. Bien pesado.
ResponderEliminarPero el que siempre uso es el de la Victorinox de 110 usos. Sobre todo la pinza de depilar.
Ahijuna canejo ¡¡¡
Se pasó con el artículo, don, muy bueno.
ResponderEliminarMegustan muchos los cuchillos, tengo uno criollo hecho en Tandil, pero medio mecanizado me parece la ffabricación y uno muy lindo de Canarias, si le interesa, tiene algo en comun con el criollo.
Facon no tengo, me gustaría,a ver si la proxima vez que voy.
Gracias por los links.
Don Luciano: Gracias por el comentario. La verdad que los cuchillos bien hechos son hermosos. No sé como haces para pasarlos por las aduanas. Yo me traje unas réplicas de trabucos antiguos y casi me meten en cana en uno de los aeropuertos y eso que estaban en las valijas. Con un cuchillo ni me quiero imaginar.
ResponderEliminarUn abrazo