Joseso, otro micro auto argentino

A mediados de 1950 el Sr. José María Rodríguez había diseñado y construido en su taller de la localidad de Olivos unos originales mini jeep con carrocería de aluminio bautizados Joseso, nombre derivado del apodo que él tenía en su infancia. Como la mayoría de los micro autos del tipo Fiat 500 estos económicos vehículos estaban destinados fundamentalmente a satisfacer las necesidades de transporte de la clase trabajadora de post guerra, con racionamientos de combustible muy marcados desplazando con su llegada el furor que habían desatado las motonetas.

La carrocería del mini jeep Joseso estaba íntegramente construida en aluminio, por lo tanto no era necesaria pintarla ni tratarla contra la corrosión y se montada sobre un chasis de estructura tubular. Podía transportar dos personas adultas y dos niños o una carga equivalente a 250 Kilos. Estaba equipado con un motor inglés Villiers de 8,2 Hp que gracias al reducido peso de la carrocería, consumía sólo 3 litros de nafta cada 100 kilómetros y desarrollaba una velocidad máxima de 55 Km/h, velocidad muy en sintonía con la del Fiat 500 italiano.

Pero pasado el tiempo, a comienzos de 1959 la empresa IAMA S.A. presenta una nueva versión con una concepción completamente diferente: el Joseso Monovolumen. Se trataba de un pequeño y económico vehículo para cuatro pasajeros, pero con una carrocería de tipo monovolumen como su nombre lo indica y que tiene mucho más parecido con el hermano extranjero.

Inspirada en el Fiat 600 Multipla, la carrocería estaba realizada en plástico reforzado y se montaba sobre una plataforma plana de acero abulonada sobre un chasis de largueros longitudinales reforzado con travesaños. De esta manera se aseguraba la rigidez del conjunto. Su mecánica estaba confiada a otro motor Villiers de origen inglés un poco más grande que entregaba una potencia de 10 HP y 520 cm3 de cilindrada. La transmisión era manual de cuatro marchas hacia delante y marcha atrás seguramente no era sincronizada y esos dientes se harían escuchar.

IAMA S.A. tenía domicilio legal en Avda. Julio Argentino Roca 676 de Buenos Aires, y contaba con una importante red de concesionarios con cinco agencias en Capital Federal, varios representantes en la Provincia de Buenos Aires, en Monte Grande, Tandil, Muñiz, Vicente López, Carhué, Moreno, Mar del Plata, Necochea, Miramar, Banfield, José León Suárez, Coronel Suárez e Ituzaingó, así como otras en Concordia (Entre Ríos) y General Roca (Río Negro).

Su estrategia de comercialización se basaba en un accesible precio de $120.000 reforzada con distintos planes de financiación y en las más importantes características del Joseso: su economía de uso y bajo consumo.
En sus anuncios publicitarios afirmaban que había sido “concebido, realizado y financiado por argentinos”. Los mismos anuncios daban cuatro buenas razones para comprarlo: “Se podía comprar con tres planes de financiación, un consumo de 22 centavos por kilómetro recorrido, su capacidad para 4 pasajeros y dos puertas laterales de acceso y su chasis, construido para los caminos argentinos”.

Sin embargo, aunque la producción del automóvil llegó a ponerse en marcha jamás alcanzó los objetivos propuestos de 4.500 unidades anuales, algunos estiman que entre 1959 y 1960 se produjeron alrededor de 200 vehículos, mientras otros aseguran que apenas llegaron a 40.

Como sea, parece mentira que Argentina haya contado con tantas iniciativas y haya generado tantos visionarios que no se quedaban en el beneficio rápido de la timba financiera. Estos empresarios eran creativos y dejaron elementos tangibles de su paso por la vida.
Un brindis por ellos.

Taluego.


Fuentes: http://www.auto-historia.com.ar/ - http://gobernadorparadelo.com.ar