La Facultad es para la excelencia, no para la inclusión

La inclusión es un concepto teórico de la pedagogía que hace referencia al modo en que la escuela, (nótese que digo escuela), debe dar respuesta a la diversidad. Es un término que surge en los años 90 y pretende sustituir al de integración, hasta ese momento el dominante en la práctica educativa. Su supuesto básico es que hay que modificar el sistema escolar para que responda a las necesidades de todos los alumnos, en vez de que sean los alumnos quienes deban adaptarse al sistema, integrándose a él. 
Como dice un amigo, la educación se adquiere en el hogar y en los años de educación primaria y secundaria. La universidad no educa, imparte conocimientos. De lo contrario se podría pensar que un profesional universitario tiene necesariamente mayor educación que alguien que no lo es y eso para nada es cierto, solo tiene mayor cantidad de conocimientos específicos.
Pobre o rico tus posibilidades de educación deben ser las mismas. El inteligente debe acceder a estudios superiores y aquel que no cuenta con la capacidad suficiente, ser orientado a otras tareas.
En los países desarrollados, como aquí en una época, existen cupos y exámenes de ingreso. Alemania promedia las notas desde el primario y además promedia los exámenes de ingreso y recién allí establece una nota de cupo. Ese cupo asegura que se reciban tantos profesionales de excelencia como plazas de trabajo existirán en seis años vista. De esa forma no solo se evita que exista sobreoferta de determinado tipo de profesional, sino que no se degrada el salario de los ya recibidos y en ejercicio. En una época no muy lejana en Argentina los ingenieros manejaban taxis y nunca lograron desarrollar algo basados en sus conocimientos, porque terminaban trabajando de técnicos con un sueldo inferior a los mismos. 


En Alemania el que no califica tiene cientos de tecnicaturas para elegir. Se lo incluye, pues así se asegura que tendrá ingresos razonables y no se dilapidarán los dineros del Estado en estudiantes crónicos o que no tienen las capacidades necesarias y que solo cuando llegan las "materias filtro" son eliminados del sistema con consecuencias mucho más dañinas para ellos, pues podrían haberse desarrollado en un ámbito acorde a sus capacidades. 
Las Facultades son para los mejores y los populistas han degradado el sistema con la demagogia de la integración, algo que es inaplicable en el nivel terciario. 
Ahora todos los que no logran rendir los exámenes de ingreso en sus respectivos países (el más evidente es Brasil con sus exámenes de ingreso de alto nivel) se mudan a Argentina para cursar donde se ha bajado tanto el nivel de exigencia, que cualquiera con un poco de tozudez alcanza un título. 
La ilusión de la inclusión también afecta las posibilidades de efectuar prácticas debido a la gran cantidad de alumnos ingresados. En los años 70 y 80, en Medicina cada alumno podía hacer sus preparados y contar con un microscopio. Incluso contar con una pieza anatómica y prepararla de manera apropiada. Hoy en día ya ni siquiera lo intentan y copian las clases de la web ya que difícilmente tendrán oportunidad de hacer un preparado en la vida real. 
La cantidad siempre ha sido enemiga de la calidad y es así que cuanto mayor es la cantidad de alumnos, menor es la posibilidad de obtener una enseñanza de calidad. 
No es una posición política, simplemente son los hechos.

Taluego.

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