Un autódromo en el techo

Se lo conocía como Edificio Chrysler, aunque aquella empresa nunca fue su dueña. Se encontraba ubicado en el actual Barrio Parque, uno de los más caros de la Capital Federal. En la planta baja, sobre la avenida Figueroa Alcorta, estaban el salón de venta y las oficinas y detrás, el área de montaje y fabricación de repuestos. En el primer piso, se ubicaban los talleres de retoque, terminación y depósito de vehículos. Pero la mayor curiosidad estaba en la gran terraza: una pista circular, de más de 1.700 metros de extensión y curvas peraltadas, que se usaba para probar los autos a alta velocidad. Inclusive, alguna vez se la usó para hacer carreras de motos, ya que tenía tribunas con capacidad para hasta 3.000 espectadores.

Dicen que aquella empresa dueña del lugar tuvo un duro final, a raíz de una jugada que hábiles estafadores le realizaron en 1931. Cuentan que todo empezó cuando en la tardecita de un viernes, un hombre llegó, compró un 0 kilómetro que pagó con un cheque y se fue con el auto. A la mañana siguiente, sábado, un hombre pidió un servicio de auxilio y, cuando lo asistieron, vieron que era el auto comprado el día anterior, pero con otro dueño. Lo había adquirido en efectivo, casi por la mitad de su valor.


Lo primero que se pensó era que el cheque aquel no tenía fondos y había que detener al presunto estafador. Lo encontraron a bordo del Vapor de la Carrera, el barco que, viajando toda la noche, hacía el cruce hacia Montevideo. El hombre alegó que había “reventado” el auto porque necesitaba juntar dinero que apostaría al día siguiente en el hipódromo de Maroñas a un caballo de gran sport. Como no le creían, hizo labrar un acta con el capitán del barco diciendo a qué caballo y qué cantidad importante iba a apostar. Después, lo bajaron del barco y lo detuvieron.


La leyenda dice que el domingo el caballo no sólo ganó, sino que pagó una fortuna. Y que el lunes, cuando fueron a la ventanilla a cobrar el cheque emitido el viernes, el cajero también pagó el importe sin problemas. Dicen que la concesionaria tuvo que afrontar peso sobre peso lo que hubiera ganado aquel apostador. Y que por eso la empresa fue absorbida por otra llamada Fevre y Basset, que se hizo cargo del edificio. 

El majestuoso Palacio Alcorta es obra de Mario Palanti, un famoso arquitecto milanés que vivió entre 1885 y 1979. Había llegado a la Argentina en 1909 y su talento está presente en muchos de los edificios que diseñó. Obviamente, el más famoso es uno que fue y es un símbolo de la Ciudad: el Palacio Barolo, de la gran Avenida de Mayo. Pero esa es otra historia.


El edificio fue proyectado originalmente en 1927 como dije , por el arquitecto italiano Mario Palanti (autor del Palacio Barolo y el Palacio Salvo) para la Concesionaria “Resta”, que vendía automóviles de la firma Chrysler. Por ello se lo conocía antiguamente como “Edificio Chrysler” y en su momento fue promocionado como el primer Palacio Autódromo.  La construcción fue realizada por la empresa de Federico Bence.


La característica más notable del Concesionario Resta era un rasgo poco menos que extravagante: el amplio edificio, de una manzana de superficie, poseía en su interior su propia pista circular de prueba de vehículos al aire libre, llamada “Estadio Olimpo”. Se encontraba en la terraza, cuya base era cóncava para darle el peralte adecuado. El edificio fue inaugurado el 1 de diciembre de 1928.


En 1931, Resta Hermanos fue absorbida por Fevre y Basset. Más tarde, el edificio fue ocupado por el Comando de Arsenales del Ejército Argentino y el Registro Nacional de Armas. En 1992 se llevó a cabo la Expo-Gourmandise, que generó una polémica por las quejas de los vecinos acerca de la perturbación a la tranquilidad del barrio. En 1993 el Ejército llevó al "Palacio Chrysler" a remate mediante el Banco Ciudad, y promocionándolo como "la manzana más cara de la ciudad". Los vecinos de Palermo Chico nuevamente se expresaron en contra de la posibilidad de su transformación en shopping.


En 1994, fue finalmente transformado en un complejo de lofts de lujo. El estudio de arquitectura MSGSSS estuvo a cargo de la remodelación total, dividiendo el espacio interno en viviendas y en el círculo delimitado originalmente por la pista de pruebas se construyó un jardín interno con pileta de natación.

En su planta baja se instaló también en ese año el “Museo Tecnológico Renault”, que cerró a comienzos de 2011.

Fuentes: Clarin y Wikipedia

1 comentario:

  1. Interesante la nota. Revisen el dato respecto a la longitud de la pista, no puede ser de 1700 metros dentro de un "cuadrado" de aprox 100 mts de lado

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