Antes de la Segunda Guerra Mundial y la invención del radar, la detección temprana de los ataques aéreos se fundaba en el efecto acústico. Para "escuchar" mejor a los aviones que se estaban acercando se elaboró toda una ingeniería específica que incluía dispositivos a los que se conectaban los oidos de los soldados como así también a los denominados espejos acústicos o "Sound Mirrors" en inglés. Éstos últimos fueron básicamente construidos como dispositivos de alerta temprana alrededor de las costas de Gran Bretaña, con el objetivo de detectar aviones enemigos entrantes en territorio inglés por el sonido de sus motores. El más famoso de estos dispositivos siguen aún en pie en Denge en la península de Dungeness y hay otro en Hythe, en Kent.
También se pueden observar otros ejemplos en diversas partes de Gran Bretaña (incluyendo Sunderland, Redcar, Boulby, Kilnsea) y Bill Selsey, y Bahar ic-Caghaq en Malta. El espejo de sonido construído en Malta es conocido localmente como "el oído" (il-Widna) y parece ser el único espejo de sonido construido fuera de Gran Bretaña.
También se pueden observar otros ejemplos en diversas partes de Gran Bretaña (incluyendo Sunderland, Redcar, Boulby, Kilnsea) y Bill Selsey, y Bahar ic-Caghaq en Malta. El espejo de sonido construído en Malta es conocido localmente como "el oído" (il-Widna) y parece ser el único espejo de sonido construido fuera de Gran Bretaña.
Los espejos de Dungeness, conocidos coloquialmente como los "oídos dispuestos a escuchar", consisten en tres grandes reflectores de hormigón construidos en las décadas de 1920 y 1930. Su naturaleza experimental se adivina por las diferentes formas de cada uno de los tres reflectores: uno es un largo muro curvo de unos 5 m (16 pies) de alto por 70 m (230 pies) de largo, mientras que los otros dos son construcciones en forma de plato aproximadamente 4-5 m (13-16 pies) de diámetro.
Los micrófonos colocados en el foco de los reflectores permitían a un oyente detectar el sonido de los aviones muy lejos sobre el Canal Inglés. Los reflectores no son parabólicos, pero son espejos esféricos que se pueden utilizar para la búsqueda de la dirección de acercamiento moviendo el sensor en diferentes lugares del espejo; otro ejemplo por el estilo es el Observatorio de Arecibo.
Los espejos acústicos tenían una eficacia muy limitada, y la creciente velocidad de las aeronaves en la década de 1930 significaba que al ser detectadas ya estarían demasiado cerca como para tomar las medidas apropiadas. El desarrollo del radar puso fin a la experimentación con ésta técnica. Sin embargo, hubo beneficios a largo plazo. Gracias al programa del espejo acústico, dirigido por el Dr. William Sansome Tucker, Gran Bretaña había dado con la metodología a utilizar en estaciones interconectadas para fijar el punto de la posición de un enemigo en el cielo.
El sistema desarrollado por la vinculación de las estaciones y el trazado de los movimientos de aeronaves, se utilizó en el primer equipo de radar y contribuyó así a su éxito en la Segunda Guerra Mundial; aunque el radar británico era menos sofisticado que el del sistema alemán, se utilizó así con mucho más efectividad.
Sin embargo la gente parece recordar más esta tecnología por las viejas fotos que muestran a los soldados conectados a diversos dispositivos amplificadores de tipo pasivo. Fotos de épocas previas a la invención del Radar que hoy nos dejan un pequeño sabor agridulce, mezcla de melancolía y ternura, por la ingenuidad que representan en medio de un teatro de operaciones donde las muertes comenzaban a ser a distancia, sin verle la cara al enemigo, y no como había sido siempre como consecuencia de una lucha cuerpo a cuerpo.
Para muchos significaron los inicios de las guerras cobardes.
Taluego.
Fuente: https://www.thevintagenews.com
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