Los coleccionistas seguramente manejarán a velocidades moderadas cuidando la integridad de sus queridos autos, aunque éstos hayan sido considerados culpables de más de un trágico accidente. Así puede que hayan llegado hasta nuestros días unos coches sumamente interesantes que los historiadores han etiquetado con la cuestionable historia de ser en los que más oficiales nazis perdieron la vida. El autito de marras es el Checo Tatra 87.
El Tatra 77 bis y el 87 eran coches checoslovacos que involuntariamente adquirieron el mote de máquinas de matar, por haber acabando con la vida de cientos de oficiales nazis. Los aliados habrían reconocido jocosamente a este coche como un "arma secreta", ya que estaba ayudandolos de una manera impensada.
El Tatra 77 bis y el 87 eran coches checoslovacos que involuntariamente adquirieron el mote de máquinas de matar, por haber acabando con la vida de cientos de oficiales nazis. Los aliados habrían reconocido jocosamente a este coche como un "arma secreta", ya que estaba ayudandolos de una manera impensada.
Tras la invasión de Checoslovaquia por el ejército alemán, Tatra siguió con la fabricación de sus coches como si nada, principalmente porque éstos eran muy del gusto de los alemanes. Tan es así que una gran cantidad de oficiales nazis murieron al volante de los pesados modelos Tatra con tracción trasera. conducidos a mucha velocidad. Así es que Tatra también empezó a ser conocida entre los soldados alemanes como el arma secreta checoslovaca, hasta tal punto que, según parece, se dieron órdenes a los oficiales prohibiéndoles conducir los coches de esa marca.
Tatra además, fue uno de los fabricantes del semioruga SdKfz 9. Así mismo colaboró en el desarrollo del blindado Sdkfz 234.
El Tatra tenía una velocidad límite de 100 millas por hora (160,9344 KMH), cosa que era muy rápido para la época. Sin embargo, el motor se encontrana en la parte trasera del coche y lo hacía muy pesado e inestable para conducir. Imagínese lo que sería la tenida en una curva.
Los historiadores dicen que los modelos eran elegantes y con estilo, así que todos los nazis de alto rango querían uno o dieron una vuelta en ellos. Muchos creían que era el coche del futuro.
El Tatra fue creado por Hans Ledwinka y Paul Jaray y había sido producido por primera vez en 1935. El modelo 77 tenía 75 caballos de fuerza y un motor V8 de 3.4 litros ubicado en la parte trasera del vehículo. El modelo 87 tenía 95 caballos de fuerza y era muy querido por los generales nazis para realizar largos viajes por las nuevas autopistas de Alemania.
Cuando Alemania invadió Checoslovaquia en la década de 1930, el coche se hizo cada vez más popular entre los alemanes. Fue equipado con una aleta posterior que tenía la intención de hacerlo más aerodinámico y cubre ruedas que disminuían la resistencia al viento.
Los historiadores dicen que el amor de los nazis por ser rápidos, el egoísmo y el machismo les condujo hasta su propia muerte al volante del Tatra.
En 1934, Hitler le ordenó a Porsche el diseño de un coche que podría ser producido en masa y fuera económico para el pueblo alemán. El producto fue el querido VW Escarabajo aparecido tan sólo cuatro años después del encargo. Había muchas similitudes con el Tatra, y Porsche fue, de hecho, obligado a pagarle a los fabricantes checos del Tatra tres millones de marcos alemanes en concepto de indemnización por los elementos de diseño que fueron tomados del Tatra, sólo que recién los cobraron en 1960.
Taluego.
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