Me copian Sancho !

Cuando allá por el 2010 iniciaba este blog sentía que era el resultado de mi necesidad imperiosa de comunicación y ya que verbalmente la cosa no se me daba bien por escasez de oídos dispuestos, mi solución fue ponerme frente al teclado y pegarle a cada tecla sin parar.

El escribir lo que uno piensa o le parece divertido nos ahorra tiempo y da una sensación errada de inmortalidad del texto. ¿Cuántas veces se ha visto en una reunión escuchando o contando las mismas fundamentaciones e historias ?
Amigos que se repiten una y otra vez son sólo un reflejo de como usted mismo se ve forzado a repetir una sarta de razonamientos en cada reunión que pinte.

Yo ya no necesito hacer eso. El que quiera entender de lo que estoy hablando o cual es mi opinión de algo, simplemente debe acudir a mi blog y utilizar el buscador de manera eficiente.

Es un chiste.

Simplemente uno descarga su carga intelectual en una hoja virtual y la deja flotando en esa nube sin límites temporales que es Internet. Es una terapia barata y eficiente. Y aún cuando no consigas que ni un pariente te lea una vez o te deje un comentario en toda su vida, bien vale la pena que quienes no tienen preconceptos sobre vos aprecien tus escritos y hasta te los roben.

Hoy mi blog cuenta con un tráfico medio, tendiente a bajo. Un Page Rank de 2 me deja fuera de la publicidad paga (requiere un Page Rank de 4) y menos de 4.000 visitas mensuales colisionan con los más de 25 millones de vistas que tiene mi perfil de Google +.

Aún así la gente me copia.

El servicio gratuito que brinda Tynt me informa qué y cuando ha sido copiado o llevado de mi blog.

En la actualidad me copian un promedio de 450 veces por mes. Cerca de 27.000 copias en lo que va de vida del blog. Uno podría asegurar que se llevan copias de las fotografías que decoran los post y que no son de mi autoría, pero curiosamente, hay un porcentaje mayor de visitantes que copian mis textos.

Tendría que estar orgulloso, no?

Pero las sensaciones son encontradas.

Si bien la gente usualmente no deja comentarios, uno tiene sus métodos para saber quién lo ha visitado y qué hace con lo copiado. Muchos se lo llevan a Taringa para sumar puntos y ponen un retroenlace a mi blog, otros lo publican en países lejanos, algunas escuelas lo suben a sus páginas web, hay revistas gratuitas que me han pedido permiso para usar mi material y hasta me han llegado mis propios textos en Facebook pero con la firma de otros.

Para que esto ocurra hay que haber logrado una difusión tal que exista la probabilidad de que le llegue el material a su propio dueño.
Y le cuento que realmente uno se siente muy mal y tiene ganas de dejar de escribir para que algún inútil se lleve el crédito.

Alguna vez un seguidor me recomendó a los argentinos residentes en Irlanda para que miren uno de mis post, pero que no le den bola a lo escrito.

Por entonces me dio bronca, pero me la banqué como un señorito y el tipo nunca se enteró cual es el mecanismo por el cual logré detectarlo.

La gente de la Escuela Otto Krausse (la más prestigiosa escuela técnica del país) difundió y recomendó otro de mis post.

Maestras del interior utilizaron mi serie sobre Las Islas Malvinas para documentar las clases con sus chicos.

Revistas zonales me piden permiso para publicar mis textos...

Pero yo no recibo ni un mango, ni una abrazo y lo que es peor: ni un comentario en el blog.

Hay días que pienso que vale la pena seguir con ésto. Otros pienso que no.

Qué ocurriría si colocara los bloqueos para copia que tengo en mis otros sitios?

Es que la gente ya no tiene ideas personales, o ya no sabe redactar sus propios trabajos?
Les cuesta mucho colocar la fuente al final de sus escritos?
Acá lo hago.
Pongo la fuente de donde me documento y en los Tag del post indico que es un Copy-Paste, cuando más del 70% del material ha sido tomado de otro lado.

Hoy el BlogOPinar sigue vivo más que nunca aunque se lo van llevando a pedazos.

Sólo me ha quedado agregar un texto de Nicolás Lucca utilizado en su blog Relato del Presente.