Las provincias de Perón

La obsecuencia política no es patrimonio exclusivo del Peronismo ni de la UCR, el Kirchnerismo o cualquiera de las innumerables agrupaciones partidarias con las que cuenta, contará y contó el país. Tal vez sea mucho más frecuente en aquellas que manejaron el populismo merced a verse en ventaja numérica dentro del electorado, pero ninguna tiene una vacuna que los prevenga del mismo. 

Así las cosas no nos sorprende que apenas muerto Néstor Kirchner, la mayoría absoluta de la que gozó su partido en las diversas cámaras legislativas haya permitido que se cambiara el nombre de varias calles y avenidas por la de "Presidente Néstor Kirchner", algunas escuelas cambiaran su nombre por el del mismo, e incluso un legislador propusiera que todas , (si, todas) las escuelas que tuvieran solo un número identificatorio, pasaran a llamarse como el señor que algunos llamaban Lupín por su parecido con el personaje de historieta.

Tal vez la cereza del postre sea llamar a una futura mega represa del sur argentino con el nombre del presidente fallecido, aún cuando se sabe que el proyecto estará manchado por escabrosos juicios por corrupción y manejos espurios con los terrenos a inundar.

 

Claro que si una comunidad quiere llamar a sus calles y escuelas con el nombre del político que más le guste, si existe un debate democrático, es posible que nadie tenga nada en su contra. Pero cuando se trata de un acto de obsecuencia yo tengo mis reservas.

Acepto que es peor la costumbre de bautizar hospitales, ciudades, barrios e instituciones públicas con el nombre de un presidente, mientras el mandatario todavía ocupa el sillón de Rivadavia, cosa que fue una práctica muy común durante la primera y segunda presidencia de Juan Domingo Perón.

Por ejemplo en diciembre de 1951, el Congreso Nacional aprobó una ley que rebautizó la provincia de Chaco como “Provincia Presidente Perón”. Chaco había sido declarado Provincia mediante Ley 14037, del 8 de agosto de 1951, y por Ley del 20 de diciembre de 1951 pasó a denominarse Provincia Presidente Perón. Vale decir que lejos de ser algo rechazado por la población durante ese tiempo, el cambio impuesto fue muy respetado por la gente. Tanto que se confeccionó un nuevo escudo provincial con el símbolo del Partido Justicialista, y un pequeño dibujo del rostro de Perón del lado izquierdo. Para redondear la idea también se redactó una constitución provincial acorde con el partido, que muchos tildan de fascista (Ver aquí) Ésta nueva constitución provincial fue aprobada por una convención que sesionó entre el 17 y el 21 de diciembre de 1951 y que introdujo una novedad en el sistema político argentino al establecer que la mitad de los miembros de la Cámara de Representantes sería elegida por votación popular y la otra mitad "será elegida por los ciudadanos que pertenezcan a las entidades profesionales que se rigen por la ley nacional de asociaciones profesionales, debiendo estar integrada la lista de candidatos con miembros de esas entidades". Aquella denominación se dejó sin efecto por Decreto-Ley 4.145 del 17 de octubre de 1955 y se retornó a la anterior. O sea que la modificación se mantuvo durante cuatro años, hasta que la Revolución Libertadora le devolvió la denominación original.

Algo similar ocurrió con Evita. La Pampa también pasó a ser provincia junto con la provincia del Chaco por Ley Nacional Nº 14.037, que fue sancionada por el Congreso Argentino el 20 de julio de 1951, siendo promulgada por el Poder Ejecutivo Nacional el 8 de agosto del mismo año. Por entonces el cargo de presidente era ocupado por Juan D. Perón, quien envió a la legislatura nacional el proyecto de ley, impulsado al mismo tiempo por una presentación que realizó Eva Perón al Senado de la Nación, en carácter de presidente del Movimiento Peronista Femenino. La ley acordaba la convocatoria a una Convención Constituyente, la que reunida para sancionar la constitución de la nueva provincia, resolvió otorgarle el nombre de su impulsora (Eva Perón) el 29 de enero de 1952.

El 7 de enero de 1954, por ley provincial Nº 43, se estableció la creación de un blasón para la Provincia. El escudo fue derogado por el decreto provincial Nº 15 del 26 de setiembre de 1955.-

El escudo tenía forma de ojiva invertida, con un sol naciente de rayos estilizados sobre el borde superior. Está dividido en dos campos. El superior, de azul claro, contiene el perfil de Eva Perón. En el inferior, dos manos cruzadas sostienen una antorcha que trasciende al campo superior e ilumina la figura evocada. Los laterales del escudo están cubiertos por espigas de trigo que se cruzan en la base y se sujetan con una cinta argentina en forma de moño.

Para mí estas pequeñas muestras de ego desenfrenado tienen mucho que ver con la mentalidad de una nación y la autoridad que se les asigna a quienes son nuestros representantes. Cuando el pueblo entienda que el fascismo y el paternalismo van de la mano y que todo funcionario público es nada más que un empleado de todos como sociedad, dejaremos de esperar que el Pater familia nos permita ser felices y nos dé la limosna de aquello que por justicia nos merecemos.
A los altares de la devoción ciudadana deben ascender solo los santos y aquellos que hayan salvado nuestras vidas.
Los políticos no.

Taluego.