Dos cementerios argentinos y la Primera Guerra Mundial

Faltan algunos nombres de aquellos que se fueron de Argentina por sus propios medios y murieron peleando en la Primera Guerra Mundial. Se sabe de 850 nombres de argentinos o británicos que se pagaron el viaje para luchar en el ejército de los Aliados y hoy figuran en el Memorial de los caídos en el cementerio Británico. Según el Archivo Histórico de la Ciudad, un total de 32.000 argentinos lucharon en el ejército italiano entre ellos mi abuelo Orlando Di Leva, unos 4.800 en el británico y 5.800 en el francés.

Once de noviembre de 1918 "en la undécima hora del undécimo día del undécimo mes" se firmó la paz más frágil y efímera, que vivió el mundo y que duró entre 1918 y 1939- Los responsables se reunieron en el vagón restaurante 2419D de un modesto tren en el medio del bosque en Compiègne a 70 kilómetros al norte de París. Un vagón que luego recuperaría Hitler para que Francia firmara su rendición en la siguiente guerra y que destruiría para evitar su recuperación. Ese fue el escenario del armisticio que puso fin a la devastadora Primera Guerra Mundial. 
Este domingo se cumplen 100 años de ese día y en Argentina se cumplimentará un acto simbólico a las 10. 15 hs. para que cohincida con las 11 de Inglaterra.

Precisamente en el barrio porteño de Chacarita, las autoridades del Cementerio Británico y del Alemán pusieron fin a una división eterna. Inauguraron un portón que unifica y permite el paso entre ambos cementerios. Así, se derribó el muro instalado en 1920 para dividirlos. Y, con él, los últimos resabios de rencores bélicos entre los dos países.


A la celebración asistieron los embajadores de Alemania, Francia y el Reino Unido; el viceministro de Defensa, Horacio Chignazolo; las comunidades argentinas de ascendencia británica y alemana; gaiteros; un coro que cantará "Imagine", de John Lennon; y actuará la Banda Militar de los Patricios. Un recuerdo a los miles de voluntarios británicos, alemanes y franceses que viajaron desde nuestro país y murieron en la Gran Guerra.

En Londres tuvo lugar una ceremonia histórica: el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, fue el primer dirigente de su país en depositar una corona de flores en el Cenotafio, el monumento conmemorativo situado en el centro de la capital británica, durante el homenaje a los caídos. 


Pero aquí sabemos que los dos cementerios comenzaron a funcionar en la Ciudad en diciembre de 1820. Un grupo de comerciantes ingleses consiguió un lugar donde inhumar los restos de los inmigrantes no católicos. Lo bautizaron Cementerio de Disidentes y ese espacio también fue compartido con estadounidenses protestantes radicados en Argentina. Hubo una mudanza en 1833 al cementerio Victoria (hoy Plaza Primero de Mayo en Balvanera), pero en 1892 el municipio exigió que fuera cambiado de lugar porque los vecinos ya no querían vivir junto a los muertos. Así se entregaron tierras en la Chacarita.

A partir del 28 julio de 1914, La Gran Guerra motivó la creación de un frondoso cerco vegetal para separar los terrenos de los dos países enemigos. En 1922, ese cerco se solidificó como un muro de 200 metros.

Cuando Alemania fue vencida, el recelo continuó, así como el muro. 


Hoy justo un siglo después, un alumno le puso voz a las palabras de los caídos. Allí estuvo Ronnie Scott, un argentino que tiene 101 años y también viajó como aviador voluntario para pelear contra Hitler en la Segunda Guerra Mundial. 

"La edad no les dará fatiga, ni los años los descalificarán, a la hora del crepúsculo y al amanecer, habremos de recordarlos", dijo el legionario antes de cruzar el portón hacia el Cementerio Alemán. De fondo se escuchó al coro del Instituto Ballester Deutsche Schule cantar "Danny Boy", una de las canciones más tradicionales de la cultura irlandesa. 

"Si has muerto y cruzado la corriente antes que nosotros, oramos para que los ángeles te encuentren en la orilla. Y mirarás hacia abajo y suavemente nos implorarás que vivamos, para que podamos ver tu cara sonriente una vez más", dice. 

En la guerra más cruel, en la de trincheras, murieron entre 1914 a 1918, de 10 a 31​millones de personas, entre civiles y militares. Los rusos tuvieron además de 4 a 6 millones de heridos, los ingleses 3 millones de heridos y mutilados, los franceses 5,6 millones, Alemania sufrió 6 millones de heridos, los italianos 1,6 millones y los serbios 1,7 millones.

Nunca más.

Taluego.

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