Revoleando muertos

Una excelente estrategia de la derecha vernĂ¡cula es disfrazarse de izquierda y cometer cuanta atrocidad se le ocurra. En la medida que logre esa identificaciĂ³n tramposa del disfraz ideolĂ³gico estarĂ¡ socavando la credibilidad de su oponente y no serĂ¡ hasta que se comiencen a pasar las facturas del daño ocasionado o de cuantos muertos tiene cada lado, que el pĂºblico notarĂ¡ que ha sido burdamente engañado.

El kirchnerismo suele autodenominarse como de izquierda, se lo digo por si usted no lo habĂ­a notado, sin embargo muy lejos estĂ¡ de serlo, pregĂºntele a cualquier organismo de izquierda con mĂ¡s de 30 años de vida polĂ­tica y notarĂ¡ su enojo o al menos el de quienes sostienen esos ideales tan vapuleados. Dele, charle un rato con PĂ©rez Esquivel (Premio Novel de la Paz) si no me cree y despeje sus dudas.

La izquierda, no el Comunismo sino aquella buena izquierda socialista que aseguraba la salud, educaciĂ³n y vivienda para todos, ha sido bastardeada a tal punto que uno podrĂ­a asegurar que el recambio que nos espera en Argentina vendrĂ¡ por la derecha, casi como resultado del hartazgo de una porciĂ³n del pueblo  ante tanta korrupciĂ³n, desfachatez y mentira. De allĂ­ nace el terror que les despierta a los K el creciente carisma de una figura como Macri, representante de una centro derecha que obra mucho mĂ¡s de lo que promete y los obliga a atacarlo con todas sus armas para destruir sus posibilidades de ascenso.


Lo malo es que desde que se inaugurĂ³ la era neoliberal la banca es quien en realidad manda y tanto los unos como los otros estĂ¡n tan involucrados y dependientes de prĂ©stamos y financiamiento que en realidad  son dependientes de quienes tienen el billete y no lo quieren soltar, dejĂ¡ndonos a nosotros, simples mortales, tan solo con un bipartidismo insulso de centro izquierda y centro derecha, manejado por los popes de la banca.

SerĂ­a lo que daremos en llamar el gobierno de la billetera.

Apenas asumiĂ³ el kirchnerismo me quedĂ³ un regustillo amargo que me decĂ­a que los muertos del 2001 habĂ­an sido ciudadanos ejecutados por los servicios de inteligencia. Esos servicios que respondĂ­an a la oposiciĂ³n del gobierno de la Alianza y que de esta manera querĂ­an derrocarla y obtener el poder de manera ilegĂ­tima pero como resultado del "clamor popular" que le otorgaba indirectamente autoridad moral y legalidad a la movida. Tal es asĂ­ que nunca se volviĂ³ a reprimir una manifestaciĂ³n pĂºblica y cuando se hizo, y resultaron muertos o heridos algunos activistas, se plantaron culpables en el Ă¡rea sindical o de las fuerzas policiales, fusibles donde descargar las culpas de un sistema de inteligencia del estado que opera con total carta blanca al estilo 007, es decir, con licencia para matar.

 
Pero cuando los muertos no se pueden ocultar bajo la alfombra ni endilgĂ¡rselos a otros con una ley antiterrorista, como es el caso de la reciente tragedia de Once, los responsables polĂ­ticos (la presidente, De Vido y Schiavi, en ese orden de responsabilidad) hacen silencio para que se olvide y escapan mediante un intempestivo mutis por el foro. Aguantan escondidos tras bambalinas hasta que enfrentados a la realidad de que no podrĂ¡n eludir su responsabilidad mayĂºscula terminan decidiendo desenterrar muertos y revoleĂ¡rselos a los opositores como para que el pĂºblico recuerde que no son los Ăºnicos asesinos institucionales con los que cuenta la historia.

Duhalde tendrĂ¡ que recordar a Kosteki y SantillĂ¡n, Los Radicales; la Semana TrĂ¡gica, la Patagonia Rebelde, los Comandos Civiles del 55 y las muertes del 2001.

 
Lamentablemente estos paradigmĂ¡ticos dueños de la justicia y el honor se olvidan de las muertes peronistas que cargan sobre los hombros. Muertes y torturas en las comisarĂ­as peronistas en los tiempos de Lombilla y Amoresano; las muertes en las luchas intestinas de la burocracia sindical peronista, los crĂ­menes de las organizaciones guerrilleras peronistas comandadas por Mario Firmenich (que ahora quieren repatriar), Norma Arrostito, Rodolfo Galimberti, Roberto PerdĂ­a; la creaciĂ³n de la Triple A por LĂ³pez Rega siguiendo Ă³rdenes de PerĂ³n; la orden a las FFAA de aniquilamiento de los subversivos firmada por Italo Luder; el silencio cĂ³mplice de los Kirchner con la dictadura militar mientras desaparecĂ­an y morĂ­an argentinos; los muertos por las distintas protestas sociales en los Ăºltimos diez años de gobiernos peronistas (Kirchner-Kirchner) como Mariano Ferreira y Julio LĂ³pez.


Los funcionarios Kirchneristas siguen intentando eludir sus culpas mirando la paja en el ojo ajeno, aĂºn cuando aceptan que muchos males que aquejan a Argentina provienen de dĂ©cadas de abandono y desidia, siendo que las Ăºltimas dos les corresponden a ellos mismos y a su correligionario neoliberal Carlos SaĂºl Me Toco el Derecho.

Los ministros no estĂ¡n soportando la prueba con altura y entran en pĂ¡nico escĂ©nico de donde solo saben salir inventando dolencias cardĂ­acas o crisis de honorables ofendidos.

El pueblo mientras tanto se va dando cuenta del costo resultante del votar para que nada cambie y ese 53,96 % histĂ³rico comienza a devaluarse como la moneda y ser un mal recuerdo que es preferible olvidar. Porque se votĂ³ con el bolsillo y la esperanza de que el sueño de una Argentina funcional que el Menemocristinismo vendĂ­a, fuera una realidad duradera. Hoy sabemos que es una construcciĂ³n de fantasĂ­a digna de Hollywood que permitimos crecer con la esperanza de que se convirtiera en un blockbuster. Pues aĂºn cuando las ventas de ClarĂ­n, Perfil y La NaciĂ³n siguieron creciendo y sus lectores representan a mĂ¡s del 70% del electorado, el pĂºblico prefiriĂ³ cerrar los ojos y apostar a una promesa que sabĂ­an era falsa.


En definitiva nadie puede hacerse el distraĂ­do y decir que no sabĂ­a o que los monopolios mienten. Ahora son mĂ¡s los medios en manos del Estado o adeptos a Ă©l que quienes denuncian desde la oposiciĂ³n y aĂºn asĂ­ a la gente le llegan los datos de la realidad en forma inequĂ­voca. Los sufre en carne propia dĂ­a a dĂ­a.
En ese estado de cosas, si uno no denuncia lo ilegal o incorrecto de la KorrupciĂ³n reinante, se convertirĂ¡ en cĂ³mplice de cada una de esas muertes que se andan revoleando.
CĂ³mplice por inacciĂ³n, se entiende.


Taluego.

Gracias Diego B.

2 comentarios:

  1. Yo lo votè a Altamira.

    (Eso me exime de algo?)

    Un abrazo.

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    1. Don Gaucho. No se preocupe, todos los que leen y comentan en este blog estĂ¡n eximidos de culpa ;)

      Un abrazo.

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