Apodos argentinos

Mientras "Quique" me bautizaba "Pincho", el "Rodilla" y "Cinco" (gote) jugaban al billar en el Ășnico boliche del centro de Comodoro Rivadavia donde uno podĂ­a entretenerse con algo mĂĄs que mujeres. En el trabajo se unĂ­an "Pepe", "Tubito", el "Morza", el "Flaco", el "TĂ­o" y el "Abuelo" para prepararnos un asado mientras las bombas caĂ­an en Malvinas. El "Chino" y "Palito" se encargaban junto con "Manu" de comprar las bebidas y abundante pan de fonda para el choripan.
Claro, esto a usted no le dice nada. ¿Quienes son estos tipos? y, si, en mi ambiente todos sabĂ­amos de quien se trataba y ni siquiera le cuento como llamĂĄbamos a los jefes porque ya subirĂ­amos el tono del post y no lo quiero arruinar.

Pero, ¿harĂ­a falta dar explicaciones si en lugar de esos apodos le dijera que eran "El Zorzal", "El Diego", "El Lole", "Pampita", "Fito", "Charly", "El Bati" , "El Che", "Manu" o "La Sole"?. A que no se confunde, ¿ no?

Es que esta es una característica de la cultura popular traída por los inmigrantes y que utilizando el humor, la descripción gråfica o la ironía, rebautiza a aquellos que por cariño u odio preferimos nombrar de manera alterna.

Bajo esta aseveración debemos nombrar no solo a deportistas y celebridades de tipo artístico, también y sobre todo se incluyen los políticos objetos de la necesaria revancha ciudadana.

En su "PsicologĂ­a de la Viveza Criolla", Julio Mafud asevera:
 
    "Los motes, la viveza y la cachada son la creaciĂłn mĂĄs peculiar del arte popular argentino"

Entonces suena lĂłgico que la mayorĂ­a de los polĂ­ticos de estos pagos desde 1810 cuenten con un apodo ya que se corresponde con una tradiciĂłn que parte desde el Virrey Cisneros ("El Sordo") hasta la actual presidente ( la "Reina Cristina").
Si muestreamos algunos en forma arbitraria veremos que aparecen por ejemplo Juan JosĂ© Paso ("El Viejo), Feliciano Chiclana ("Hipoteca"), Lucio Vicente Mansilla ("Mantequilla"), Dalmacio Velez Sardfield ("Mandinga"), Carlos Tejedor ("El CamaleĂłn"), Leandro N. Alem ("Cristo"), Ricardo BalbĂ­n ("El Chino"), Oscar Alende ("El Bisonte"), JosĂ© Lopez Rega ("El Brujo") , Carlos Ruckauf ("Rucucu"), algunos afectuosos como el de Guillermo Brown ("El Viejo Bruno"), otros irĂłnicos como el de Ignacio Alvarez Thomas ("El CapĂłn"), muchos hirientes como el de Juan Lavalle ("Espada sin cabeza"), o descriptivos como el de  JosĂ© MarĂ­a Paz ("El Manco") y hasta vindicatorios como el de Juan JosĂ© Castelli ("Pico de oro").   
Algunos apodos, incluso,  merecen ser explicados en cuanto a su razĂłn de ser, pej.:

Alejandro Lanusse "El cano" El color blanco de su pelo.
Alfredo Palacios "El mosquetero" Su estilizado bigote y la tendencia a batirse a duelo.
Arturo Frondizi "El flaco" Su fĂ­sico alto y esmirriado.
Arturo Illia "La tortuga" La supuesta lentitud de su gestiĂłn.
Bartolomé Mitre "Don Bartolo" El afecto que despertaba entre los porteños.
Bernardino Rivadavia "El sapo del diluvio" Su fĂ­sico poco agraciado, similar a un batracio.
Carlos Menem "El turco" Los orĂ­genes siriolibaneses de su apellido.
Carlos Pellegrini "El gringo" Ser hijo de inmigrantes franceses e ingleses.
Domingo Faustino Sarmiento "El loco" Su fuerte temperamento, tanto privado como pĂșblico.
Edelmiro Farrell "El mono" La combinaciĂłn de ciertos rasgos de su cara.
Eduardo Duhalde "El cabezón" El supuesto tamaño excesivo de su perímetro craneal.
Facundo Quiroga "El tigre de los llanos" Su destreza al mando de las tropas montoneras.
Fernando de la RĂșa "Chupete" Su ingreso juvenil al mundo polĂ­tico.
HĂ©ctor CĂĄmpora "El tĂ­o" Su supuesta hermandad polĂ­tica con PerĂłn.
HipĂłlito Yrigoyen "El peludo" Su carĂĄcter taciturno, ajeno a la exposiciĂłn pĂșblica.
Isaac Rojas "La hormiga negra" Su baja estatura, sumada al uso de grandes anteojos de sol.
José Evaristo Uriburu "Lechuza" La combinación de ciertos rasgos faciales.
José Félix Uriburu "Von Pepe" La ferviente admiración que tenía por Alemania.
José Figueroa Alcorta "Jettatore" La escasa suerte que traía su presencia.
José María Guido "Barón de Río Negro" Su comentada afición a un vino de esa marca.
José Pascual Tamborini "El ciprés" Al decir del diario "La Fronda" era "alto, triste y no daba frutos".
José Rondeau "Mamita" El buen trato que dispensaba a sus subalternos.
Juan Carlos Onganía "La morsa" El tamaño y forma de sus bigotes.
Juan Domingo PerĂłn "El pocho" La gorra de esa marca que empleaba en su tiempo libre.
Juan Hortensio Quijano "JazmĂ­n" Una ironĂ­a ante su tosquedad.
Juan Manuel de Rosas "El restaurador" Su rigor para desbaratar el estado de anarquĂ­a.
Julio Argentino Roca "El zorro" Su probada astucia polĂ­tica y militar.
Justo José de Urquiza "El tigre de Montiel" Su destreza e influencia al mando de sus tropas.
Lisandro de la Torre "Gato amarillo" Su pelo rubio, combinado con su mal carĂĄcter.
Luis Såenz Peña "El pavo" La debilidad exhibida durante su breve presidencia.
Manuel Belgrano "Cotorrita" Estar siempre vestido de verde, su color predilecto.
Manuel Quintana "El maniquĂ­" Su frase: "Es tiempo de ponerse los pantalones".
Marcelino Ugarte "El petiso orejudo" Sus picardías políticas lo asociaron al célebre criminal.
Marcelo T. de Alvear "El pelado" Su caracterĂ­stica calvicie.
Marcos Paz "Buche" Sus mejillas flĂĄccidas, que se movĂ­an al hablar.
MarĂ­a Estela MartĂ­nez de PerĂłn "Isabelita" Un homenaje a su madrina, fallecida.
Mariano Moreno "El mulato" El color de su tez.
MartĂ­n Miguel de GĂŒemes "El gangoso" Un inocultable defecto en el habla.
Miguel Juårez Celman "El burrito cordobés" La ineficacia de su gestión presidencial.
NĂ©stor Kirchner "El pingĂŒino" Su procedencia patagĂłnica.
NicolĂĄs Avellaneda "Chingolo" El complejo que tenĂ­a por su baja estatura.
Pedro Aramburu "El vasco" Los orĂ­genes euskeras de su apellido.
Pedro Pablo RamĂ­rez "Palito" Su extrema delgadez.
RamĂłn Castillo "El viejito" Su avanzada edad, al momento de ser presidente.
RaĂșl AlfonsĂ­n "El gallego" Los orĂ­genes galaicos de su apellido.
RaĂșl Lastiri "El yerno" Estar casado con Norma LĂłpez Rega.
Roberto M. Ortiz "El gordo" Su cuerpo voluminoso.
Roque Såenz Peña "Protocolo" Su excesivo apego a las formas y cortesías.
Salvador MarĂ­a del Carril "Lingote" Las polĂ­ticas econĂłmicas y cambiarias que aplicĂł.
Victorino de la Plaza "El chino" Su ascendencia diaguita, evidenciada en la forma de sus pĂĄrpados.                 

La mayorĂ­a de estos son producto de la imaginaciĂłn popular, de la crĂ­tica social del pueblo o simplemente de humoradas salidas de una charla casual y que han prendido fĂ©rreamente en la identidad nacional. Otros parten de la intelectualidad y la crĂ­tica social elaborada por los medios de comunicaciĂłn masiva, principalmente en forma de revistas de humor polĂ­tico como lo fueron "El mosquito", "Caras y Caretas", "PBT", "TĂ­a Vicenta", "SatiricĂłn" o "Humor®".

Todos tenemos un apodo o segundo nombre (ya ni hablar del Nickname informĂĄtico porque ese lo elige uno mismo), el problema es que muchas veces usted lo desconoce. Nadie le va a avisar que lo llaman "El Gordo", "CabezĂłn", "Pelado" o miles de otros de uso cotidiano.

Digamos que el cariño se demuestra en la originalidad del mismo. Así puede observarse que algunos hijos ,incluso, quieran apoderarse del sobrenombre del padre, por divertido u original.
Como sea, resulta mucho mejor tener un sobrenombre, agradable o no, antes que pasar desapercibido en la imaginaciĂłn popular.

Si le gustan los apodos y quiere rebautizar a algĂșn amigo o , ¿por quĂ© no?, enemigo le dejo esta direcciĂłn para que pase y elija libremente.

Taluego
Firma: Acuaman  ("El Rey de los pescados")

4 comentarios:

  1. Muy interesante.

    A Menem, ademĂ s de Turco, le dicen cornudo.

    A uno que trabaja en la fĂ brica, le dicen "Rama seca" (estĂ  al pedo en la planta!).

    A otro lo llaman "poĂŹto" (pollito) por "Cara`e poĂŹto que valĂčltimo" (tiene cara de triste)

    En fin, nos divertimos con eso.

    Saludos

    ResponderEliminar
  2. Don Gaucho:
    Lo de Menem mĂĄs que un apodo es una realidad.
    Usted que anda por ahĂ­, no me diga que CĂłrdoba no es una usina de apodos Ășnica en el mundo. Seguramente debe tener muchos mĂĄs, pero si pasĂł por el enlace habrĂĄ visto el compendio de apodos que han armado los muchachos.
    Una maravilla.
    Le mando un abrazo

    ResponderEliminar
  3. Que pena que solo conozco a Menem :-)

    Escribe ud. con ingenio y soltura.
    Bravo, Opin.

    Noah

    ResponderEliminar
  4. Doña Noah: El impresentable Menem se ha hecho mas famoso que el dulce de leche, pero por motivos opuestos.
    Gracias por los cumplidos, pronto los creeré y me convertiré en el ser mås insoportable (incluso mås que Menem)
    Un abrazo

    ResponderEliminar

Con la tecnologĂ­a de Blogger.

Pages